segunda-feira, 26 de setembro de 2011

El papel de Brasil en lograr el acuerdo con Irán: análisis del cientista político Prof. Luís Moniz Bandeira




El papel de Brasil en
lograr el acuerdo con Irán:
análisis del cientista político
Prof. Luís Moniz Bandeira
El lunes 17 de mayo un hecho casi sin precedentes sacudía las cancillerías y los gobiernos de todo el mundo: una de las potencias emergentes lograba modificar el curso de uno de los conflictos internacionales más peligrosos de la actualidad. Brasil con su presidente a la cabeza, Luis Inacio Lula Da Silva, lograba que Irán accediera a un acuerdo por el que este enviara la mayoría de su uranio enriquecido a Turquía
a cambio de combustible nuclear.

El ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, rindió homenaje a Brasil y Turquía por el acuerdo con Irán, pero el gobierno de los EE.UU. se mostró contradictorio, presentando junto al Grupo 5+1 un proyecto de resolución en la ONU que prevé nuevas sanciones contra Teherán. La ONDA digital entrevistó al cientista político brasileño Prof. Luís Moniz Bandeira, especialista en Estados Unidos y en la política exterior de Brasil,  sobre los distintos elementos que están en juego tras el acuerdo con Irán.

- ¿Que significado tiene el acuerdo entre Irán, Brasil y Turquía para la situación internacional? ¿Este acuerdo puede llegar ha evitar un nuevo conflicto bélico, como el de Irak?
– Creo que la situación de Estados Unidos es muy difícil, porque no les interesa ningún tipo de acuerdo, aunque el presidente Barack Obama diga que prefiere la vía diplomática, por medio de negociaciones con Irán. Pero me parece muy improbable un conflicto bélico. También es muy poco probable que va a emprender cualquier acción militar.  La escuadra de Estados Unidos, en el Golfo Pérsico, aunque está armada con misiles nucleares, no está en condiciones de usarlos. Bombardear las usinas atómicas que dicen existir en Irán es muy difícil. Si existen, están dentro de las montañas, en las cavernas, y los satélites no pueden ubicarlas. Además, trabar una guerra en Irán, sería otro desastre y mayor aún que en Irak y Afganistán. Los Estados Unidos tienen tropas en todas las regiones del mundo, pero sus Fuerzas Armadas están agotadas y enfrentan dificultades para reclutamiento de soldados. Mientras tanto los problemas - indisciplina, deserciones, ausencias sin justificativas - aumentan en las tropas que están en Irak y Afganistán, cuyo moral está cada vez más bajo.

Por otra parte, los recursos financieros de Estados Unidos, con una deuda pública que no tienen como pagar, están agotados.  La crisis en el Medio Oriente se agravaría al extremo. El precio del petróleo se alzaría de tal forma que los Estados Unidos y Europa no lo podrían soportar. Las consecuencias económicas serían fatales para el llamado Occidente, ya hundido en una profunda crisis financiera, peor tal vez que desencadenada por el colapso de la Bolsa de Valores de Estados Unidos, en 1929.

Igualmente no creo que a Israel le interese llegar a un conflicto armado con Irán. La enorme asimetría demográfica y geográfica puede ser decisiva. Irán, como he dicho, tiene más de 66 millones de habitantes y un territorio con más de 1,5 millón de kilómetros cuadrados. No está desarmado, como Irak. Irán posee armamentos, misiles que, aunque sin artefactos nucleares, pueden devastar a Israel y las bases de Estados Unidos en Irak y Afganistán, donde se encuentran casi 250 mil soldados, afuera los enviados por otros países de la OTAN. Por su vez, Israel, es militarmente mucho más fuerte que Irán, porque tiene armas nucleares, pero es un país muy pequeño,  con cerca de 7,2 millones, que ocupan un área de alrededor de 22.000 kilómetros cuadrados. Una franja de tierra que algunos cohetes con bombas, no necesariamente nucleares, pueden borrar del mapa. Esos datos son muy importantes para la evaluación de lo que puede ocurrir en el Oriente Medio.

- Poco después Estados Unidos celebró el paso positivo alcanzado, pero indicó que mantiene sus planes de sanciones sobre Irán. ¿Porqué EE.UU. insiste en la vía de confrontación total para solucionar este conflicto con Irán?
- El problema es mucho más complejo de lo que se imagina. Es económico,  político y geopolítico. La cuestión del enriquecimiento del uranio es un simple pretexto. El objetivo de los Estados Unidos y de las potencias que los apoyan es estrangular económicamente a Irán y derrocar al presidente Mahmoud Ahmadinejad, por medio de duras sanciones, para someter el país a su dominio.

El  desarrollo de Irán, como potencia económica y política en el Medio Oriente, no les conviene, como no le conviene a Israel y, tampoco, a Arabia Saudita. Y ahí el factor religioso se torna también político, incluso para los Estados Unidos, que derrocaron a Saddam Hussein, un sunita, y posibilitaron la asunción al poder de los chiítas, de la misma corriente islámica que los gobernantes de Irán y que son la mayoría de la población en Irak.

El temor en los Estados Unidos, el cual comparte con Arabia Saudita, es que Irak, económicamente fragilizado por la guerra y bajo el dominio del los chiítas, quede en la órbita de Irán, tras la retirada de sus tropas.  Eso parece inevitable. E Irán e Irak juntos, además de controlar las dos grandes reservas de petróleo del Golfo Pérsico, serían una enorme fuerza chiíta que podría influir sobre las minorías chiítas existentes en el Líbano y en otros países árabes. Los chiítas y sunitas son dos ramas del islamismo, rivales e inconciliables. 

Esas son algunas de las razones por las cuales los Estados Unidos insisten en las sanciones. Pero, como dije, no es viable una guerra. La amenaza que Irán podría representar si enriqueciera uranio es retórica. Hay una guerra psicológica que los Estados Unidos promueven, para mantener un clima de temor y así justificar la producción de armamentos por parte de su industria bélica. Y esa industria bélica factura millones de millones de dólares, vendiendo al Pentágono, con sobreprecio e indudablemente pagando voluminosas comisiones a los intermediarios del negocio, políticos, militares y miembros del gobierno y del Congreso, que hacen o aprueban  el presupuesto del Pentágono, anualmente, para la encomienda y compra de armamentos.

El gobierno de Estados Unidos así sustenta la industria bélica, de la cual depende hace muchos años la economía del país.  Y ahí los intereses de las grandes corporaciones se confunden con los intereses de los militares y políticos, que ganan comisiones, propinas y contribuciones para la campaña electoral, y determinan las políticas del gobierno, ya sea si el presidente es del Partido Republicano o del Partido Demócrata. La corrupción es intrínseca al complejo industrial-militar, contra el cual el presidente Dwight  Eisenhower había advertido, cuando dejó el gobierno en enero de 1961.

- De acuerdo a la política norteamericana, ahora Obama tiene dos problemas: Irán y el creciente papel de Brasil en el ámbito internacional. ¿Este papel de Brasil puede traerle una confrontación directa con los EEUU?
– No es la primera vez que la política exterior de Brasil se confronta directamente con los intereses de Estados Unidos. En la primera mitad de los años 1960, Brasil se opuso a las sanciones contra Cuba, en la OEA, donde impidió que los Estados Unidos consiguieran aprobar la intervención armada para derrocar al régimen revolucionario de Fidel Castro. Durante al régimen, después del golpe de 1964, los gobiernos militares tuvieron varias divergencias comerciales y políticas con los Estados Unidos. La confrontación fue muy profunda, cuando el presidente Ernesto Geisel (1974-1989) reconoció a los gobiernos revolucionarios de Angola y Mozambique, firmó el Acuerdo Nuclear con Alemania (1976) y denunció el Acuerdo Militar con los Estados Unidos (1977). Y es bueno no olvidar que los esfuerzos de los Estados Unidos para imponer el proyecto de implantación del ALCA fracasaron debido, sobre todo, a la oposición de Brasil, que contó con el respaldo de Argentina.

Esas contradicciones son normales, una consecuencia de la emergencia de Brasil como potencia industrial y que se puede considerar, actualmente, como una potencia política con influencia global. Pero los dos países – Estados Unidos y Brasil - tienen que mantener buenas relaciones, relaciones maduras, a pesar de las contradicciones y divergencias, y cooperando en los puntos donde sus intereses coinciden.

- En los EE.UU. parece haber dos enfoques distintos sobre este tema, el del presidente Obama que dice que es “un paso positivo” y el de la secretaria Hillary Clinton, quien se mostró escéptica sobre  la gestión de Lula. ¿Qué esta pasando en los EE.UU. con relación a este tema?
– El presidente Barack Obama no tiene el control del Estado americano, ni siquiera de su gobierno, donde hay muchas discrepancias y contradicciones. Hasta hoy él no cambió esencialmente la política exterior del presidente George W. Bush. Intensificó el envío de tropas hacia Afganistán y, a un año de su administración, ya murieron más soldados americanos - cerca de 1.000 - más que en los ochos años de guerra, desde que empezó en 2001. 

Dentro de su gobierno, hay corrientes más moderadas, otras belicistas y éstas, de cierto modo, predominan. Tan cierto es esto que el presidente Barack Obama tuvo que aceptar el golpe de Estado en Honduras. Su tendencia personal es distinta de la Hillary Clinton, aunque pertenezcan al mismo Partido Demócrata. Ella tiene otros intereses electorales, quiere agradar al lobby judaico, cuyo poder es inmenso, y anunció que tenía un proyecto de sanciones listo para lograr un efecto de propaganda y mermar el impacto del éxito diplomático de Brasil y Turquía, que dejó a los Estados Unidos en una situación muy embarazosa, muy difícil.

Lo que Brasil y Turquía consiguieron fue que Irán aceptara, con una pequeña modificación, la propuesta hecha por los Estados Unidos hace ocho meses. Fue el resultado de un notable trabajo diplomático. Pero ahora Hillary Clinton alega que Irán no inspira confianza. ¿Y los Estados Unidos? ¿Tienen alguna credibilidad?  ¿Inspiran confianza? Ninguna. Es bueno recordar en momentos como este, las informaciones falsas para justificar la invasión de Irak.

El presidente George W. Bush y Collin Powel, su secretario de Estado, decían que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva. Y estas no existían. El alegato fue un simple pretexto para la invasión y derrocar a Saddam Hussein. Los Estados Unidos solamente hicieron la guerra porque sabían que Irak estaba desarmado. ¿Y ahora quién puede creer en lo que dicen sobre Irán? La realidad, y eso la historia lo comprueba, es que son los Estados Unidos que no tienen credibilidad y no inspiran confianza. Hasta el día de hoy, no cumplieron con el Tratado de No-Proliferación Nuclear (TNP), manteniendo sus arsenales atómicos.

- Algunos analistas dicen que Brasil, con estas gestiones ante Irán, quiere quitarle protagonismo al presidente de Venezuela Hugo Chávez que mantiene una buena relación con el presidente iraní. ¿En qué medida la gestión del presidente Lula, tiene que ver con la relación Venezuela Irán?.
– Es una estupidez lo que dicen tales analistas. Son ignorantes. El protagonismo del presidente Hugo Chávez no le molesta a Brasil,  que desarrolla una política externa según sus intereses nacionales. Desde por lo menos 1986, domina el ciclo tecnológico completo del enriquecimiento del uranio, por medio de la ultra-centrifugación, una tecnología que pocos países dominan. Eso lo permitiría producir la bomba atómica, si quisiera.  La planta de las Industrias Nucleares de Brasil (INB) funciona en Resende, al sur del Estado de Río de Janeiro. Y con  la  consolidación de la producción de uranio enriquecido, Brasil ahorrará anualmente cerca de US$ 100 millones con las importaciones para abastecer las usinas atómicas Angra 1 y 2. Ese gasto terminará antes de 2014, cuando la INB alcance la capacidad de atender la demanda de todo el parque nuclear de Brasil, incluyendo Angra 3 y las otras que serán construidas hasta 2030.

Hace pocos años, ya bajo el gobierno del presidente Lula da Silva, Brasil resistió a los intentos de Estados Unidos para que se sometiera a sus instalaciones nucleares e inspecciones amplias con intrusión de la AIEA, sin aviso previo etc. El hecho es que Brasil ha desarrollado ultra-centrífugas, que hacen cerca de 20.000 rotaciones por segundo para el enriquecimiento de uranio. Estas son consideradas las mas modernas que existen en el mundo. Y a los Estados Unidos y a las otras potencias nucleares, que no permiten inspecciones en sus plantas nucleares, les interesa conocer los secretos de las ultra-centrífugas de Brasil. El objetivo es espionaje. Brasil no permitió este tipo de inspecciones y alcanzó un acuerdo con la AIEA. Ahora los Estados Unidos y las otras potencias presionan para que Brasil firme un Protocolo Adicional al TNP para abrir las puertas de su planta nuclear y permitir amplias inspecciones por la AIEA.

El propósito es el mismo: espionaje. Brasil no firmará ese Protocolo Adicional al TNP. Es contrario a sus intereses nacionales. Y ahí también está confrontando con los Estados Unidos. Pero, la diferencia con otros países, es que Brasil desarrolla su política exterior, con actitudes y acciones concretas y no con retórica agresiva, radical. No la desarrolla mirando a otro país y mucho menos disputa liderazgo con Venezuela, cuya integración al Mercosur es un objetivo estratégico de su política exterior.  Por otro lado, Venezuela, ahora, no es miembro rotativo del Consejo de  Seguridad de la ONU. Y, aunque lo fuera, no tiene el suficiente peso económico y político internacional para intermediar en un conflicto como el que ocurre entre los Estados Unidos e Irán. Y, aunque tenga buenas relaciones con el presidente Mahmoud Ahmadinejad, el presidente Hugo Chávez no tiene influencia y condiciones de diálogo con ninguna potencia europea, mucho menos con los Estados Unidos. Varias de sus iniciativas erráticas, explotadas por los medios de comunicación, le crearon un enorme rechazo en el exterior. Incluso los que lo apoyan también le hacen severas críticas en este sentido. Su protagonismo, hoy,  está limitado a los sectores más radicales de la izquierda en América Latina.
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domingo, 11 de setembro de 2011

Animalização do Homem: uma Visão Ontológica do Ser Individual e do Ser Social...


Animalização do Homem: uma
Visão Ontológica do Ser
Individual e do Ser Social...

Rogério Lacaz-Ruiz
Prof. Dr. FZEA/USP
e-mail roglruiz@usp.br

Vanessa Fernandes Corrêa
Acadêmica de Zootecnia FZEA/USP
Flávia de Almeida Tavares
Acad. Zoot. FZEA/USP
e-mail flavia@abelha.zoot.usp.br

Rodrigo de Almeida Scoton
Acadêmico de Zootecnia FZEA/USP

Em dois dias podemos saber tudo de um homem,
mas precisamos um pouco mais para conhecer um animal 
                             (Provérbio Persa)
Todo ser age conforme é
(Adágio filosófico medieval)

Introdução
          A animalização do homem é um fenômeno que pode ser abordado de diferentes maneiras. Desde a consideração do homem que é animalizado por realizar atos não humanos até àqueles que são tratados pela sociedade como animais, passando pela animalização na forma de fábulas ou das histórias em quadrinhos. Um outro aspecto que vale a pena considerar é o de abordar os animais com os critérios humanos; projetar atitudes e sentimentos humanos no animal.

          Quando o homem livremente se animaliza pelos seus atos é possível considerá-lo como um doente para si e para a sociedade. Neste caso, ele é classificado como um doente e a síndrome que o acomete bem merece um estudo especializado. O homem que é animalizado pela sociedade, o famoso "excluído", merece o resgate de sua dignidade. As fábulas exprimem o sentimento humano de forma atenuada pela fala animal. Algo semelhante aparece nas histórias em quadrinhos. Colocar sentimentos humanos nos animais, seria fazer algo semelhante a um transplante de cabeças.
          Em sentido biológico, o homem não é o ser mais valioso da natureza. Se tomamos como critério a forma biológica, a independência do existir, o homem resulta inferior às plantas e aos outros animais. As plantas ocupam o cume da independência dos seres vivos. A nutrição dos animais depende dos organismos vegetais. E dentro do reino animal o homem é o menos independente de todos. Se o valor vital fosse a única medida de valor, seria preciso reconhecer que o homem seria um animal doente.
          Sua fraqueza é evidente: seu sentido do olfato é dos mais imperfeitos, sua proteção natural contra o frio é praticamente nula, etc. O homem ao nascer, é a espécie animal doméstica, que carece de muitos cuidados, e por períodos prolongados, quando comparado com os demais mamíferos. Nesta fase, seu choro é praticamente a única forma de comunicação com os outros seres da sua espécie. Os outros animais, são bastante distintos. Logo que nascem, as crias começam a caminhar, e em poucos meses tem os mesmos hábitos, inclusive alimentares, dos pais. As crianças dependem dos pais; enquanto adolescentes, convivem com os pais. A maturidade, as vezes custa a chegar, e a velhice, não tarda.(Guardini, 1990). Mesmo em seus atributos específicos encontramos, por exemplo, que a memória vai se perdendo pela escrita e pelo impresso, que a civilização cria para o homem mais necessidades e doenças do que ele é capaz de satisfazer e curar.
          Porém, para suprir sua impotência animal, o homem procede com mais inteligência e prudência que o tigre: o que se teme não é que a espécie desapareça (como seria de esperar do ponto de vista da mera aptidão animal para a sobrevivência), mas que cresça em excesso. Biologicamente o homem continua sendo um animal. Por um lado diminuído e doente, por outro aumentado em sua dignidade. A liberdade não é apenas um privilégio, mas uma prova disto. Podemos subir a escada do espírito, ou descer pela vertente de nossa animalidade frustrada, que definitivamente leva ao nada.
          Desde que o homem foi classificado como ser vivo por Aristóteles, ele estava no Reino dos Animais. O mesmo o fizeram os que sucederam nesta tarefa taxionômica: Linnaeus (1735), Haeckel (1866), Copeland (1934) e Whittaker (1969). O homem, se considerado do ponto de vista biológico, é um animal.

O conceito de animalização

          O dicionário Aurélio recolhe animalizar como sinônimo de tornar bruto, embrutecer, bestializar. A Encyclopedia e Diccionario Internacional de W.M. Jackson, Inc. Editores, (Rio de Janeiro), recolhe o verbete animalisar (sic) no seu vol. I: "Reduzir aos instintos, aos appetites, aos gostos do animal; o philosophismo animalisa o homem; a religião divinisa-o/ por ext.Rebaixar-se, descer ao estado animalEntregar-se as paixões brutas é, a bem dizer, animalisar-se." Por mais que um ser humano tenha apreço pelos animais, jamais gostaria de ver seus atos classificados como os de um animal. Se um homem pode atingir este estado de animalização, nada mais oportuno que considerar este fenômeno uma "doença". (Naturalmente, o fato recente da gíria "animal!" com valoração positiva é mais um exemplo do conhecido fenômeno - descrito por C. S. Lewis - de inversão da polaridade: o negativo pode significar positivo: o mesmo ocorreu com "tremendo", "formidável", "fantástico" etc.).

Questionamentos e comentários

          Qual o alcance e o significado dessa triste possibilidade de animalização? Onde fica a liberdade humana? Quais as conseqüências do ponto de vista individual e social? Um animal diferente é o homem, pois tem a capacidade de se considerar como uma entidade independente, de lembrar o passado e visualizar o futuro, de usar sua razão para compreender e conceber o mundo, indicar objetos e atos por meio de símbolos e valer-se de sua imaginação.
          Quanta fragilidade existe no homem! Ao nascer, carece de um protocolo vinculado a sua existência, que regulamente o processo de adaptação ao mundo que o rodeia. Não sabe porque nasce, ou quando vai morrer; custa a saber quem é e o que faz neste mundo. Pascal chega a afirmar que a vida se resume a conhecer quem somos e quem é nosso Criador. O homem enfim é livre e se alegra com este dom; a própria liberdade também é para ele fonte de angústia.
          Os animais parecem ser mais livres, despreocupados e senhores de si mesmos. Parecem que estão sempre seguros de seus atos. Se por um lado isto parece ser uma visão antropomórfica (ou mesmo dos seriados televisivos do humor inglês); por outro, os animais tem uma razão para serem assim vistos pelo homem. Sua bagagem instintiva, seu protocolo vinculado a sua existência, é rígido. Todo homem é um animal, mas todo animal não é homem.
          No "Prefácio" do livro Ética social e governamental, Lauand (1997) comenta: "Esse drama fundamental ético-existencial do homem transcende o âmbito da filosofia acadêmica e atinge a arte popular: é apresentado até numa recente canção, uma das mais inpiradas páginas de Milton Nascimento, Yauaretê (canção-título do álbum de mesmo nome). Inspirada no conto de mesmo título de autoria de João Guimarães Rosa.
          Nesta canção, o homem dialoga com a onça yauaretê (o autor explica que o sufixo -etê, em tupi, significa o máximo, "de verdade", plenitude) pedindo-lhe - a ela que já atingiu o máximo de seu ser-onça: yauar-eté - que lhe ensine o correspondente ser-homem. E aí se retoma todo o problema ético, de Platão a Sartre: o que é verdadeiramente ser homem? Maria, a onça yauaretê, já realizou a plenitude do ser-onça (que se resume na "sina de sangrar") e o poeta, entre perplexo e invejoso, pergunta-lhe: E o que é ser homem? Entre outros versos de profunda sintonia com o pensamento clássico, diz a canção: "Senhora do fogo, Maria, Maria/Onça verdadeira me ensina a ser realmente o que sou (...)/Vem contar o que fui, me mostra meu mundo/Quero ser yauaretê/Meu parente, minha gente, cadê a família onde eu nasci?/Cadê meu começo, cadê meu destino e fim?/ Pra que eu estou aqui? (...)/Dama de fogo, Maria, Maria/Onça de verdade, quero ter a luz (...)/Me diz quem sou, me diz quem foi/Me ensina a viver meu destino/Me mostra meu mundo/Quem era que eu sou?" Que devo fazer para ser homem em plenitude, abaeté? Qual é a areté, a excelência, a virtude específica do humano?"

Os animais antropomorfizados

          Um antigo conto diz, que no passado os animais falavam; mas perceberam que era melhor calar e assim permanecem até os nossos dias. As fábulas de um Raimundo Lúlio ou de um La Fontaine, sempre foram consideradas como uma forma amena de expressar algo que poderia ser incômodo, caso fosse dito com nome; e sobrenome. Os cartunistas como Bill Waterson e Fernando Gonzales, seguem em suas tiras de jornal, ensinando nas palavras proferidas pelos animais, lições de vida. A antiqüíssima tradição crítica das fábulas de animais tem um representante atual na obra prima de Orwell: A revolução dos bichos. Os provérbios - também eles valem-se dos animais - são outra fonte inesgotável de resgate da personalidade humana. O conhecido "Cão que ladra não morde" pode significar que este cão, que está latindo tanto, não morde, mas principalmente alude às pessoas que ameaçam muito e não fazem.
          Também as piadas - que quando forem contadas para ganhar mais graça podem ser anunciadas como uma história - mostram o binômio homem-animal de forma lúdica. Vale o exemplo do engenheiro de estradas que após vários dias de medição para fazer o melhor traçado de uma rodovia, foi abordado por um camponês, que perguntou. - Doutor, por quê o senhor está há tantos dias a medir este morro. O engenheiro explicou em linguagem simples a importância das curvas de nível. O homem do campo retrucou: - Mas para isto nós usamos o jumento, que é tão cuidadoso, e por onde ele passa, colocamos uma estaca e então fazemos a estrada. O doutor não gostou muito, e em tom de desaforo retrucou: - É meu caro, e o que vocês fazem quando não tem o jumento? - Chamamos um engenheiro...!
          Todos os exemplos citados, tiram o equilíbrio ou a máscara dos seres humanos. A ironia, a farsa, a hipocrisia, a inveja, a fuga de si mesmo, estão nos ensinamentos dos animais antropomorfizados. A figura do Coelho com um despertador na mão, na obra Alice no País das Maravilhas de Lewis Carrol, retrata bem aqueles que sempre dizem "tenho pressa", que não tem tempo para pensar, e ainda chegam atrasados!
          E os animais seguem seu destino, seu rumo, seu caminho, seu norte; seguros, pois tem um instinto que os torna previsíveis e passíveis de estudo. Quanto mais complexo e rígido for o equipamento instintivo dos animais, menor será sua capacidade de aprendizagem e menos desenvolvido será seu cérebro. O que torna os animais seguros, aos nossos olhos, é seu rígido instinto. Os estudos do ser humano, começam pela filosofia e abarcam uma série de ciências: a antropologia, a sociologia, a psicologia, e cada uma delas com tantas ramificações e escolas. É difícil descrever o ser humano com a mesma clareza contida num manual de biologia.
          A razão, a benção do homem, também é a sua maldição; ela o força a resolver incessantemente a sua insolúvel dicotomia. A existência humana, nisto difere da de todos os outros organismos; acha-se em um estado de desequilíbrio constante e inevitável. Ele não pode voltar ao estado pré-humano de harmonia com a natureza; tem que prosseguir para desenvolver sua razão até que se torne senhor da natureza de si mesmo.
          Na literatura brasileira, em Vidas Secas de Graciliano Ramos, podemos ver aonde chega o pensamento humano do poeta e escritor. Massaud Moisés (1997) analisa o binômio homem-animal, dentro de uma situação de penúria, infra humana: "A tendência à introspecção é outro aspecto desta originalidade. O narrador lança mão de freqüentes monólogos interiores para suprir a falta de comunicação entre os retirantes e para lhes evidenciar a indigência verbal. O foco localiza-se mais na sua vida íntima que nas suas ações, ou porque irrelevantes, ou porque revelam monotonia de vidas sem desígnio, vergadas ao fatalismo do meio e ao arbítrio de homens despóticos. E quando esboçam alguma reação, logo se embrenham no cipoal das suas elucubrações. Nem mesmo as crianças escapam dessa fuga interior; a própria cachorra parece dotada de pensamentos. "Será que há mesmo alma em cachorro?", indaga Fabiano. Em suma, Graciliano procurava "estudar o interior de uma cachorra" como confessa nas Cartas(1988, p.194-5). O pendor para a devassa psicológica, que lhe caracteriza a ficção, está patente em Vidas Secas, apesar de toda a aparência contrária. A humanização da cachorra e do papagaio, assim como a animalização dos flagelados, já anotada pela crítica, é decorrência imediata." (Moisés, 1997) Neste contínuo ir e vir do homem e dos animais onde uma vida seca é uma vida infra-humana, há confusão do homem com o animal. Alguém "sem desígnio" é rebaixado a um animal, e o animal "fiel" nesta caminhada é humanizado.
          Até há pouco tempo, a antropologia considerava o ser humano na simples condição de animal. E não temos dúvida de que o homem é também um animal. Sua morfofisiologia manifesta este fato de maneira inequívoca. Portanto, o lógico é aceitar a situação e não acreditar que somos algo assim como espécies de espíritos angélicos forçados a viver com uma certa roupagem corporal. Mas também é igualmente certo que por mais animais que sejamos, a coisa não chega a tanto que resulte inevitável o pessimismo de ter que abdicar, "humildemente" de nossa categoria de pessoas. Por isso, diante da abusiva solidariedade que alguns mostram com os animais, pode ser oportuno lembrar da estória do diálogo entre o pessimista e o filósofo. Aquele disse - Não somos ninguém. Isto foi suficiente para que o segundo retrucasse: - Especialmente você, meu caro...
          A história dos esforços que foram feitos para animalizar o ser humano, tem como pano de fundo algo insuspeitavelmente irônico e divertido. Descobriu-se, há pouco, a nova antropologia (1). De fato, ela pôde comprovar que o método que vinha sendo utilizado para estudar de forma neutra e objetiva ao homem e ao animal, não era tão neutra e objetiva como se havia proclamado. Pelo contrário, este método estava saturado de idéias e noções bem significativas e expressivas da existência humana. Certamente os antigos antropólogos souberam evitar a noção de espírito e de outras que resultavam, no mínimo, suspeitas. Por este ângulo não há nenhuma objeção. Mas em troca, foram demasiadamente favoráveis a vida dos animais, atribuindo a eles um tipo de ordenamento social, sanções, hierarquia e ritual e outros conceitos parecidos. Daí resulta que a simplicidade do método empregado foi apenas aparente, e que portanto, o que se vinha fazendo era um círculo vicioso: para explicar o ser humano com os modelos da vida animal, se começava por introduzir nestas categorias correspondentes a vida do homem.
          A antropologia deste século, voltou a encontrar o homem, tirando-o do zoológico onde o haviam colocado cientificamenteno século passado. Recuperou simplesmente a presumível animalização do ser humano, que não havia sido outra coisa além de uma humanização do animal. Ao estudar o ritual dos animais e se tentar tirar algumas conclusões do comportamento humano, estas podem ser muito interessantes se não se perde o ponto de vista, de que o que se faz é aplicar ao comportamento animal a idéia que o ritual já tem o homem a partir da religião e dos costumes sociais; isto é que já partimos de uma noção humana.

Homens animalizados

          Animalizar, é colocar o homem nesta galeria pré-humana, que na realidade nunca existiu. As comparações, quando envolvem seres humanos, costumam ser deletérias para o convívio social. Se alguém infelizmente já presenciou o início de uma inimizade entre duas pessoas, pode reparar que esta começou com uma maledicente comparação; e quem fala mal dos outros, fala mal de si mesmo. Mas quando se compara o homem a um animal, quer dizer que ele se animalizou.
          Vale lembrar que o homem tem a razão predominando sobre o instinto, e o animal só o instinto. Se o animal faz algo, o faz por instinto, mas se o homem deixa de usar a razão, como seu instinto é rudimentar, ele faz algo que não é próprio do homem. Animalizar é um eufemismo, pois infelizmente ele reduziu seu atuar a um reflexo, com algo que tem de mais precário: seus instintos.

Considerações finais

          A personalidade individual do homem é embasada nas particularidades da existência humana, comum a todos os homens. Como dizíamos, a debilidade biológica do homem é evidente. E quando o homem deixa de raciocinar e não usufrui de sua inteligência, ele passa a equiparar-se aos animais, voltando a um nível inferior de desenvolvimento, tendo suas reações baseadas apenas em instintos; que são escassos.
          A vontade, a inclinação humana, tem por objeto formal o bem. Só acidentalmente quer o mal; porque o seu entendimento o capta erroneamente como bem. O violento ("animal") se opõe à natureza humana. No sentido mais amplo, cabe chamar a vontade de natureza, uma vez que ela é uma inclinação natural e não uma necessidade de coação.
          Querer a felicidade própria gera uma amplíssima margem de indeterminação pois são muitas as vias que a ela podem (ou parecem...) conduzir. Caracteriza o homem a vocação natural para o bem. A partir do momento em que o homem não raciocina e interpreta o mal como bem, mesmo sob o efeito de uma coação, e.g. uma pressão social; equipara-se assim o homem ao animal, pois este, não discerne entre o bem e o mal. Um predador não é capaz de compreender o mal que faz a sua presa. Quando o homem se animaliza e agride alguém, pensa somente em seu bem particular, não tendo noção do mal que causou à sua vítima (e, ao contrário do caso do jaguaretê, a si mesmo...).
          Em contraste com o animal, o homem é um eterno insatisfeito; anseia pelo poder, amor ou destruição; arrisca sua vida por ideais religiosos, políticos ou humanistas. São justamente estes ideais que caracterizam a vida humana. Caracteriza o homem a noção de bem comum (2). O animal, mesmo que adaptado à vida em grupo, visa apenas sua sobrevivência, mesmo que tenha que aplicar um mal a outro ser - segundo o juízo humano -, tanto de sua como de outra espécie. O homem se animaliza a partir do momento em que vive apenas o bem particular, esquece que faz parte da sociedade e se torna um egoísta, mesmo que isto signifique um mal para os outros (e, portanto, para si mesmo...).
          O homem, para não ser rebanho, massa, precisa preocupar-se dela, servindo-lhe de pastor, fermento. Não há alternativa ou se é levedura ou massa, ou pastor ou rebanho. Non ducor duco!. Cada um, atuando na sociedade e para a sociedade, vivendo a cidadania, demonstrarão a personalidade que cada um possui. O homem, quando não possui um ideal próprio, está se massificando. É como o animal que vive em grupo e apenas aceita, sem contestar o papel ao qual está acostumado a desempenhar. Ou seja, deixar-se levar pela corrente é massificar-se (3).
          O homem, diziam os antigos, é fundamentalmente um ser que esquece. (Lauand, 1994) Esquece da sua dignidade como pessoa humana (4). Deixa-se levar pelas tendências da maioria, e quando menos se espera, acaba como um animal de um rebanho. O homem se aproxima do animal a partir do momento em que esquece a sua dignidade, seus valores, sua personalidade e se subjuga à uma situação onde sofra de alguma forma um dano físico, moral ou seja impedido em sua liberdade.
          Ao libertar-se parcialmente das leis biológicas e físico-químicas, nascem nele aspirações à verdade, ao bem e a beleza. Como antes, olha para o universo, mas agora o contempla e o teoriza. Coloca seu juízo, sua vontade, seu agir ao serviço de um comportamento que sua razão lhe mostra como harmônico, reto e ordenado. E quando não age assim, atraiçoa e fere sua dignidade. No campo dos valores, da axiologia do ser humano, se não for potencializada pela ontologia, não tem nenhum fundamento.

1. Alguns conceitos clássicos aqui abordados, foram recolhidos do ensaio El hombre y la sociedad, de Antonio Millan Puelles.
2. O bem comum é o bem da sociedade porque beneficia a todos e a cada um dos membros de que esta sociedade está composta. Pelo contrário, o que beneficia a um só homem, ou a um grupo ou conjunto de homens que não são todos os que na sociedade se integram, é meramente um bem particular, mesmo no caso em que este bem seja lícito do ponto de vista moral. A exata compreensão do bem comum não pode ser meramente negativa. Mesmo que este bem leve consigo algumas limitações que a convivência implica. Para o homem é um bem poder dispor de meios para manter e fazer sua vida, não só no que concerne às necessidades materiais e sim também à sua natureza de pessoa. Mas quando alguém possui um bem particular em detrimento dos demais, deve ser sancionado. Todos devem ter bens particulares de modo que a ninguém seja permitido prejudicar ninguém.
3. Um bom exemplo de massificação foi o que ocorreu na Segunda Guerra Mundial. Apenas um homem, Adolph Hitler, conseguiu implantar suas idéias radicais e racistas em milhões de pessoas, causando um dos maiores e devastadores conflitos mundiais.
4. A dignidade da pessoa humana é compatível com a existência da autoridade, mas não com o abuso do poder. O que revela que a categoria própria do homem - a que se afirma quando proclama a sua dignidade - se expressa pela diferença que este tem com os seres carentes de racionalidade e liberdade: uma diferença que se reconhece em todo homem, e não só naqueles que detém o poder ou algo semelhante. Tudo isso é completamente lógico e se funda, de modo visível no conceito de natureza humana, que nos distingue dos animais, ao mesmo tempo em que dá a todos os homens uma profunda e essencial identidade, a que tem que atender às diferenças que entre nós existem. Contudo, o homem não deve ser individualista e refugiar-se apenas no seu bem particular. A dignidade da pessoa humana se pode definir como a faculdade que existe no ser humano, de exercer a livre iniciativa na vida pública. Isolar-se no bem particular é abdicar da categoria própria do homem. Aqueles que abandonam seus autênticos direitos se tornam escravos voluntários.

Referências Bibliográficas
Copeland, H.F. The kingdons of organisms, Quart. Rev. Biol., v.13, p.383-420, 1934.
Guardini, R. As idades da vida. São Paulo : Quadrante. 1990, p.83-93.
Haeckel, E. Generelle Morfologie de Organismem. Reimer : Berlin. 1866.
Lauand, L.J. Os fundamentos da ética. In: Horta, S.R.G.(org.) Ética & Realidade Humana. São Paulo : Edix, 1994. p.1.
Lauand, L.J. Justiça hoje, na perspectiva da Ética Clássica. In:______. Interfaces. São Paulo : Mandruvá, 1997. p.44.
Linnaeus, C. Systema naturae sive regna tria naturae systematice proposita per classes, ordines, genera et species. Haak : Lerder, 1735.
Moisés, M. "Vidas secas": o mundo coberto de penas. Jornal da Tarde, 29 de março de 1997. URL: http://www.jt.com.br/noticias/97-03-29/sa3.htm em 5 de maio de 1998.
Whittaker, R.H. New concepts of kingdoms of organisms. Science, v.163, p.150-160, 1969

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